I
[ojos] para tocar las buenas piernas
tras el cristal separador
de la indecencia
[ojos]
para tantear la breve espalda
alucinante de otras lindes
de conciencia
[ojos]
para saber que hay que mirar
con la vergüenza más constante
en tu presencia
[ojos] para que crezca cada cosa
que se pudiera derretir
en la inocencia
II
sus ojos...
sus suaves ojos nocturnos
como catedrales que se abren a la humanidad
mirando todo sin mirar en claroscuro
se descubren en la perfecta metáfora
de la soledad