Tu vagina la pienso, de día y en la noche oscura,
Despojaste mi ser, sin clemencia, ¡qué tortura!
Mi dignidad robaste, cruel ironía maldita,
Amarte fue mi error, y mi alma te lo grita.
Tus senos me asedian, con su inquietante presencia,
Tus besos amargos me hunden en la indecencia,
En tu vulva encontré mi más oscura pasión,
Y tu orgasmo me lleva a una cruel perdición.
No hay paz en mi ser, solo dolor y condena,
Cada caricia fue una mentira que envenena,
Mi vida es un reflejo de tormento y lamento.
Maldito instante, cuando robaste mi aliento,
Ahora vivo en sombras, sin sentido ni cimiento,
Tu amor es vacío, mi pudor se vuelve detrimento.