El Corbán

SÁBADOS E HIJOS

Hoy es sábado, y mi mente se enreda,

En pensamientos, verdades, que el alma envenena,

Los hijos en esta vida son prestados, apenas,

Y el tiempo los arrebata, como viento que frena.

 

Miro al cielo y medito, con amarga verdad,

Que un día todos nos reuniremos en la eternidad,

En el reino de Dios, donde no existe la edad,

Y los sábados serán de eterna claridad.

 

Ese día, hijos míos, ya no seréis tan distantes,

Seréis mis hermanos, con rostros brillantes,

De la misma juventud, sin días ni instantes,

Todos iguales, vestidos, de túnicas de luz brillantes.

 

Más hoy, en este sábado, mi alma se atormenta,

Saber que el tiempo nuestros lazos fragmenta,

Ansiando el día en que la eternidad nos consienta,

Y en aquel sábado eterno, la esperanza se sustenta.