Si escuchas que gorjean los canarios
en tu jardín,
imagina es mi pecho que suspira
con frenesí;
porque escucha el sonido de tus besos,
tierno y febril.
Si contemplas del cielo sus destellos
en el cenit,
y sus tenues y regias pinceladas
te hacen feliz;
imagina que son de mi ternura
la dulce vid.
Si el suspiro tranquilo de una fuente
crees oír,
y contemplas el vuelo tan inquieto
del colibrí;
imagina que lleva en su aleteo
mi amor por ti.
Autor: Aníbal Rodríguez