Magdalena, quiero fundirme en tu alto pecho, quiero bañarme en tus aguas fluviales, meterme desnudo en tu nido, dejar una huella de ninfa en tu nombre.
Mojarme en un beso sobre tus aguas lunaticas, ser navío de tu espuma silvestre, ir navegando por tu triste palma enlutada.
Oh, que bellas tardes frescas, cómo un glacial gigante pasabas tu mi mano sobre mi cintura electrica, yo rozaba con mis dedos lo resbaladoso de tus uñas, la corvatura de tu cuerpo.
Sígueme ahí, intacta esperando el llegado de mi piel palpitante, espérame que llenare de amapolas el triste verano que habita sobre tu cuerpo.