Sonríe pleno el amor sin prejuicio;
el que no se enamora de un color;
el que prodiga alivio sin dolor;
el que cambia ego por servicio.
Sonríe el que afronta un suplicio;
el que se calla y dobla la hoja
y sus dádivas no hay quien recoja;
el que sueña el instante propicio.
Sonríe aquel que nace valiente
porque convierte sudor en dinero
el que dejó vacío el monedero
Y no llenar centavos se arrepiente.
Sonríe el que el Sol no derrite
con pasos sin final al destino,
huyendo al final vespertino.
Sonríe el que piensa que hay desquite.