Una lágrima pura, brillante y serena
se desliza en silencio por mi mustia mejilla.
No es lágrima de pena, ni de amarga condena
Es llanto de alegría, de dicha sencilla.
Brota como rocío de un cielo sin nubes
como el astro que asoma tras la noche sombría.
Como el suspiro suave que el aura rehúye
al besar de la aurora la frente del día.
Es la gota brillante que encierra en su seno
el júbilo que inunda mi pecho abrumado.
El gozo que embarga mi espíritu lleno
de la dulce esperanza que Dios me ha otorgado.
Oh, lágrima bendita, tú eres la perla
que nace en el oasis de un alma contenta.
Tú eres la estrella fúlgida que en mí quiere verla
la dicha que a mi paso la vida presenta.
Deslízate serena, oh, límpida gota
deslízate tranquila, sin pena ni afán.
Tú eres el símbolo de la dicha remota
que los cielos propicios a mi vida dan!
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Una lágrima desliza
y me limpia mis tristezas
porque en ella las purezas
con ternura siempre limpian.
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Freddy Kalvo.