En el jardín de los sueños perdidos, donde late la luna,
crecen flores de sombra, que bailan con la brisa.
El río de la memoria, fluye con un ritmo lento,
donde peces de plata, nadan con los recuerdos.
En este jardín, donde el tiempo se detiene,
crecen árboles de cristal, que reflejan la nada.
El viento susurra secretos, que solo el alma entiende,
y las estrellas brillan, con un fuego que late.
En el jardín de los sueños perdidos, donde late la luna,
un camino de seda, conduce a la nada.
Donde la razón se pierde, y la locura late,
y el corazón late, con un ritmo que late.
En este jardín, donde el sueño y la realidad,
se entrelazan como serpientes, que se besan.
El tiempo se desvanece, y la eternidad late,
y el alma late, con un ritmo que late.
En el jardín de los sueños perdidos, donde late la luna,
un espejo de agua, refleja el alma.
Donde el pasado y el presente, se encuentran,
y el futuro late, con un ritmo que late.