La melancolía ha entrado en mi alma
ya que en mi cuerpo no tenía un lugar,
pero la memoria sigue llena de nostalgia
que a mi corazón lo hace aún emocionar.
En los brazos del viento giran las palabras
y mi vida solo sirve para recordar.
Mis sueños que duermen en la almohada
mientras veo un cometa en la noche pasar...
Mi sombra se escondió entre fantamas
en la geografía que abre la oscuridad,
pero hay un ayer que invasivo me reclama
que me entregue de nuevo a la soledad.
Siento el polvo donde mi vida se arrastra
la muerte que pronto me estará por llegar.
Y cuando de mí ya no quede nada de nada
todo esto que hoy me duele, ya no dolerá...