Si dormido, te sueño,
y despierto te llamo,
cada instante te amo
en un cálido ensueño;
cuán quisiera ser dueño,
de ese mudo reclamo,
del suspiro lejano
de un silente te quiero;
eres ansia y anhelo
de mi pecho, mi alma,
eres mi padecer;
mi regalo del cielo,
la pasión, la esperanza
de un eterno querer...