El silencio era notorio y extensor
El impacto de su rechazo dolió mucho,
Un abrumador torbellino cubrió mi mundo,
Destrozando al corazón ilusionado.
Sacando fuerzas del dolor presente
Turbado alzando la vista al cielo,
Creyendo que el orbe se derrumbaba
Al perder a la joven platónicamente amada.
Imaginar un horizonte muy lejano,
Como un caudal de ideas destrozadas;
Hoy navego con mi velero, a puerto seguro
Para salir avante del infortunio.
Afrontar los desdenes hoy vividos
Con ímpetu, fe y esperanzas;
Aferrado a lograr una hermosa meta
Y que el bálsamo del tiempo cure las heridas.
Iniciar el vuelo Mañanero,
Cual ave, desafiando al viento huracanado,
Con alas renovadas, sin temor a nada,
Seguro de alcanzar la altura deseada.