Aereo Morrison

La Rosa

Corre el mar en mi mente,

el viento me azota,

extraño tu boca,

te llamo esta noche,

tu mirada la quiero en mis ojos,

tu cuerpo encerrado entre mis brazos,

sumergirme en tus caderas,

entrar en tu pecho,

cultivar y conquistar

el amor que estremece,

alejar la soledad,

soñar el silencio.

 

La tierra bebe mis sentimientos,

el cielo ilumina mis ojos,

quiero dormir en ti,

vencer la inmensa noche,

domar el bravo mar.

Despertar sobre tu playa

encontrando la ruta al amanecer

dejando atrás la vieja y fría noche,

que tú abrigues mi cuerpo,

alejes el frío de mi alma,

entibies mis manos con tu cuerpo.

 

Quiero desayunar tus besos,

pasearte en una ola del mar,

acurrucarte en la espuma,

rodear tu cuerpo con mi mar.

 

No quiero desearte una eternidad

ni que nunca seas realidad,

pero las rosas se marchitan,

pero las rosas mueren.

¿Quién volverá a traerme una flor?

 

Te espero aún silente en la playa,

deseo tu compañía florida,

quiero pintar el mar con mi sangre,

inaugurar un nuevo océano,

atesorar tus flores en el mar,

reestrenar tu cuerpo en la arena,

renovar los conceptos,

cambiar los significados,

imaginar los sueños.

 

Me conmueve la luna

que dibuja tu rostro,

me estremecen las estrellas

que dibujan tu cuerpo,

me lastima la noche

que aventura nuestro futuro.

 

Los dioses nocturnos me acompañan,

aletargando un dolor,

experimentando un amor,

escondiendo una ilusión,

esperando nuevamente la razón.