Mi pequeño gran amor, te leo todos los días.
Tus cartas llegan hacía mí como imanes en refrigeradora. Tengo en mi mente cómo podrías lucir y no puedo pensar más que en perfección.
Mi mente guarda todos esos escenarios como promesas de citas inolvidables y besos interminables.
No llores, cada vez que lo haces una de tus cartas desaparece haciéndome perder el camino hacia ti.
No estoy muy lejos de ti pero el no poder tocarte me hace sentir que estoy en otro planeta.
Aún no puedo llegar hasta ti, sigue escribiendo y trazando mi camino porque nuestro encuentro se siente aún más real con cada día que pasa.
Otro día más, sigue escribiendo, una carta más y leyéndote a ti.
Pronto nos encontraremos.
Tu amor.