jvnavarro

DIARIO DE VERANO XLV (EL MAR ME LLAMA)

 Recojo el sentir de unas palabras
y las amoldo y dejo caer 
tal si fueran el agua clara
de una gran y fresca cascada.
Por aquí se oyen cantares
que salen del hondo del alma
y es que el mar trae aromas
de tierras lejanas y extrañas.
Ya un sentir se ve jalonar
por las lomas de las verdes montañas.
Crecen en los fructíferos sueños
especie de praderas de tiernas algas.
En la sien se clava el pasar de las horas
que se mueven en una esfera de reloj
de oro y plata su maquinaria.
Todo cambia
cuando un arlequín salido de un cuadro 
juega a saberse de este poema 
la alegría que se plasma 
en las inocentes miradas,
de los niños que juegan 
con las espumas blancas,
de las olas que se acercan
hasta ese lugar en el que el poeta
cierra una libreta por falta de ganas.