Anoche soñé contigo
y en tus brazos me dormí
soñé con mares y cantos
y veleros de marfil.
Fueron instantes bonitos
que a tu lado yo viví,
con encanto y con la gracia
que dejabas para mí.
Caminamos por la tierra
y llegamos a Brasil,
superando las montañas
y los ríos del país.
Encontramos caravanas
y hasta campos de maíz,
que regaron nuestros ojos
con mil versos que escribir.
Y entre sueños y aventuras
desperté con un mastín,
que ladraba, en la mañana,
al buen sol que vino, al fin.
Y los sueños son los sueños
y a tus labios yo les di,
ese néctar milagroso,
que una tarde te ofrecí.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/08/24