Ya no me matan las lunas menguantes,
ni tardes de cielo sombrío;
hay más en un solo instante,
que la eternidad en el vacío.
Prematuro el dolor muere,
tal vez mitigado por Dios,
yo sé que me quiere
y eso es cosa de dos..
Te busqué en las estrellas,
de noche, sólo; y no amaneció,
entonces grité fuerte si era ella..
y el cielo lo afirmó.
Ya no temo a bosques encantados,
ni auroras que se retrasan,
mi corazón es un vergel enamorado
donde mariposas pasan..
Puedo contar de mi lienzo,
-manchado tal vez del ayer-,
que su blancura fue el comienzo
para remarcarlo con mi ser.
Y no tengo espacios en mí,
estoy de susurros cubierto,
lleno por completo de tí,
¡Para qué me quiero despierto!
Quiero este sueño eterno,
como un film la vida,
sea esto de querernos..
hasta el fin de la partida.
Dormirnos esperando la vez,
despertar de nuevo enredados,
y que cubiertos ya de vejez,
nos encuentre abrazados...