En un laberinto sin final,
Desperté perdida,
Corría y corría sin parar,
Pero no encontraba la salida...
La confusión invadió mi mente,
La realidad sacudió mi mundo,
Sentí al piso temblando,
Sentí al miedo perseguirme,
Esto no podía estar pasándome…
Abrí y cerré mis ojos varias veces,
Fallando al intentar de convencerme
Que todo era mentira o una falsa fantasía…
Sentí al piso temblar,
Vi cristales caer del cielo,
Vi pétalos de rosa en mi mano,
Un nuevo huracán de pensamientos,
Un nuevo tsunami de sentimientos...
Pues ya no había duda,
Era la realidad sacudiendo mi mundo,
Rompiendo en mil pedazos
La burbuja de cristal que me rodeaba,
Transformando a mi corazón en una rosa,
Que ahora reposaba en mi mano,
Había quedado descubierto,
Había quedado desprotegido,
Había quedado sorprendido,
Había sido lastimado,
Y minuto tras minuto una gota de sangre
Caía por mi mano, para transformarse
En un pétalo de rosa débil e indefenso…
Entre rosas y cristales,
Salí en busca de señales,
Necesitaba saber qué hacer con semejantes tempestades…
Necesitaba encontrar nuevos horizontes…
Caminos efímeros me rodeaban,
Desvaneciéndose cuando intentaba escapar…
Había abierto los ojos,
No quedaba ya más duda de aquello…
Cada paso que daba,
Cada palabra que pronunciaba,
Tenían que ser pensadas,
Pues un paso en falso,
O una palabra errada,
Podían revelar oscuros secretos,
Oscuros secretos que elegí callar,
Oscuros secretos que elegí confrontar,
Se convirtieron en fantasmas que me persiguen,
Transformaron a mi vida en un juego de ajedrez…
Necesitaba una guía,
Necesitaba una señal,
Llame a un ángel,
Un ángel de luz…
Fue así como en medio de estas tempestades,
Un pequeño rayo de sol ilumino mi cielo,
Y un ángel de luz apareció a mi lado,
Un ángel de luz que yo ya había conocido,
Pero que nunca había reconocido,
O que nunca había imaginado
Que sería él quien me ayudaría
a enfrentar estas tempestades,
a entender estas casualidades…
Transparente como el cristal,
Frágil como una rosa,
Pero valiente como un león,
Fue como mi lastimado corazón,
Desplegó sus alas,
Y partió rumbo nuevos horizontes,
Con el dolor de aquellas tempestades,
Pero con la alegría de aquellos horizontes,
Porque muy en el fondo él sabía,
Que por más que quisiera ahogar
En una palabra todos sus miedos,
Y enterrar en un papel todos sus pensamientos,
La única manera de ponerle fin a esos sufrimientos,
Era dejándolos de lado y seguir él su propio camino,
Con la melancolía de los recuerdos de un pasado,
Pero también con la esperanza de un nuevo futuro,
Y un eterno agradecimiento a aquel ángel de luz,
Que le dio en medio de tanta oscuridad y confusión,
Un poco de claridad iluminándolo con su luz,
Dándole alas y enseñándole a volar…
Porque si hay alguien que me ayudo a crecer,
Porque si hay alguien que me dio ánimo,
Porque si hay alguien que me dio fuerzas en este tiempo,
Ese fuiste vos, ángel de luz…