Terminó la espera, llegó la noche.
Por ella no voy a tener trasnochos,
dormiré a rienda suelta porque,
se le acabó el tonto que aguantó
su mentira.
Amanecerá y me iré al trabajo,
cambiaré la cerradura
de la puerta. Por si acaso venga
y quiera hacer lo mismo como
aquella vez, que lo que había en la
nevera se fue llevando.
Mejor el olvido tendrás y, que se vaya para donde le toca y así i se me acaba el problema.