Sólo quería que tus lindos ojitos
se fijarán en mí.
Hasta tu mirar era con dureza y,
cómo mi pobre alma entraba en dolencia.
Que duro era cuando llegaba a la casa de tus
padres; me marjinabas pero, yo era
el culpabre por andar tras tuyo..
Que manera de buscarte. Llegó el día que
no voy donde vives.
Ahora dice que me extrañas, qué extraño lo mío;
que no me hace falta,porque lo
tuyo no tiene nada para darme.