Si le dieras un poco de ternura
a estos temblorosos labios míos…
Tú, que vives en mí, en mi locura,
en mi lado jovial, siendo la agridulzura,
sé también vino y beso… manta para mis fríos.
Justo en mi pecho aflora la premura
de quien ansía alivio para hastíos
que se asoman, y tú, que eres estíos…
del hombre cabizbajo; eres flama.
Pajarita, que llevas en tu vuelo
la silente caricia del hombre que te ama,
llévate a las alturas igual mi corazón.
Más vale que se pierda mi razón,
aquí en la tierra, y no allá en el cielo.