Mire hacia atrás,
veía espejos,
toda clase de espejos
y en todos se reflejaba
un olmo carcomido por la mirada,
lleno de cicatrices
y palabras borradas
que reflejaban temor, angustia, desconsuelo,
era la mirada a viejas huellas dejadas
sin nada en la estacada,
todo está envuelto en un niebla gélida escarchada.
El deseo incontrolable de querer vivir y morir
al mismo tiempo,
a la misma hora,
en el mismo lugar,
no sé cómo he podido sobrevivir
tanto tiempo con la mirada extraviada.