La última frontera humana
es la piel, su elasticidad entrepaña
el límite entre la física del cuerpo
y la mecánica cuántica del alma.
Pero es una frontera ilusoria,
sólo se trata de un envase biológico,
retornable y biodegradable en átomos.
No, no, la verdadera frontera humana,
es la energía, su vibración determina
la física del cuerpo y su frecuencia
la cuántica espiritual del alma.
Esta es la frontera real,
Y aunque no lo creas,
transforma átomos en soles.
Alexander Elías2024
#SerEscritura