Magia de las calles
deshaciendo los vidrios de la mañana,
hachas hirientes en las tórridas tardes,
miradas al astro rey, luminosidad turgente
en el abismo de la vida.
Bajo la hoguera del sol de un tiempo dislocado,
la estatua de sal en la montaña reposa,
desnuda te saluda con su traje de guirnaldas,
mientras iris encorsetados observan cautivos.
En el reflejo de su espejo sin memoria,
se pierden las sombras, se desvanecen las glorias,
entre límites difusos, la vida yace inmóvil,
en un sueño de penuria compartido.
¿Dónde quedaron los vientos profundos
Que desgarraban tu silencio desnudo
limpiando tu mundo de luz
de dolores en sus entrañas?
Almas siniestras, llevando alas,
derrotas de aurora hechizada,
asesino oculto
entre líneas de un destino infausto.
Guardianes de deshechos sin nombre,
Bailando en el abismo del dolor,
tejiendo redes de miedo
en esta vasta creación incomprendida.