Enrique del Nilo

RADA IDIOTIV

¡Mami, papi, una estrella fugaz!

voy a pedir un deseo

 

Allá en el norte

los reyes están negociando

y hasta los dioses a la mesa se han sentado

¿Cuántas almas necesitas

para dejarme libre paso?

 

Mi madre desde su ventana

le implora a su Dios

que esa bala no haya estallado en mi pecho

mientras al otro lado del mundo

la madre de Mikhail pide a su dios por la vida de su hijo

 

Diez kilotones más de estupidez en la trinchera

y la madre de Qiang de rodillas en su espera

 

¡Estamos ganando! asevera un sereno vocero

sepultado bajo el miedo de mil soldados envalentonados

¡El enemigo se repliega! canta otra alma

que cree que la guerra es como un juego de cama

 

Hoy en todas las retretas del mundo

más bajas se registrarán

mientras son coreados por ecos de solidaridad:

¡MURIÓ POR LA PATRIA!

 

Madre, si un día no vuelvo a casa

dile a mis hijos

que yo no morí por ninguna patria

morí porque no tuve más que vender

para comprar más y mejores mañanas

que mi fuerza y mi seguridad

y mi presencia a la cabecera de sus camas