La noche serena mi mente adula;
deleitándose en la querella
que enfrenta mi claridad con ella;
inerme y oscuro, estimula.
Gran sosiego noche larga anula
los vaivenes y temeridades;
taciturno y lleno de verdades
pernocto al influjo de mi Luna.
Cierro los ojos y estoy dormido;
las cargas pesadas son ingravidas,
mutan en dones, bríos y dádivas
en otro planeta soy elegido.
Renazco en lapso atemporal
rejuvenecido en mi utopía;
con mirada juvenil, sin miopía
discerniendo lo que me hace mal.