Frente al inevitable
dolor emocional,
y aunque a mi piel desgarre
me pongo una coraza.
La magia del consuelo
va sanando la herida
que gota a gota sangra
por un amor efímero.
Al ser resiliente
le doy tiempo al tiempo:
cicatriza la herida.
Como águila alzo vuelo
en busca de aventuras,
y con la picardía de fondo
al borrar mis huellas;
empiezo de cero en la vida.