Cuando se comete un error
se asume con responsabilidad,
porque esa es la única forma
de no perder credibilidad.
El que es culpable de algo
no se debe esconder,
porque el que niega su culpa
todo lo puede perder.
En nuestra sociedad moderna
nadie acepta ser culpable
y es más fácil culpar a otro
para creerse muy honorable.
Sucede mucho en la política
dónde nadie acepta ser culpado
y la mentira se convierte
en política de estado.
En los actos de corrupción
todos son siempre inocentes,
porque las leyes no castigan
si no que son muy complacientes.
En una sociedad de cómplices
dónde nadie ofrece una disculpa,
es muy difícil llegar a saber
quién cargará con la culpa.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,29/05/2024.