En la danza del viento y el sol,
Él camina con pasos ligeros,
Con una sonrisa que desafía,
A la razón y sus cerrojos austeros.
Sus ojos brillan con un fuego,
Que no entiende de lógica o ley,
Es una chispa de libertad,
Que en su pecho arde como un rey.
Él escucha canciones en el silencio,
Y en la noche encuentra su día,
Es un loco de risa y de sueños,
Que vive su vida con alegría.
Las estrellas le cuentan secretos,
Que solo su corazón puede oír,
Y en su mente, los mundos se crean,
Donde él es el héroe y el sentir.
No teme a la mirada ajena,
Ni al juicio de la realidad,
Porque su locura es su templo,
Donde reina la felicidad.
Cada risa suya es un trueno,
Que sacude la monotonía,
Y en su locura feliz y sincera,
Descubre la esencia de la alegría.
¿Quién puede decir que está perdido,
Cuando su alma vuela tan alto?
Él es un loco, sí, pero un loco,
Que ha encontrado en su corazón el asfalto.
Porque en su locura, él ha visto,
Lo que la cordura no puede tocar,
La belleza de ser libre y de amarse,
Sin cadenas que lo puedan amarrar