Las raíces del ayer.
En sus ojos brilla anhelo,
las manos que me abarcaron,
y en su amor me desbordaron,
pues su afecto es mi consuelo.
Cada paso, es hacia el cielo,
su sacrificio, es mi amparo,
que alumbra el sendero claro,
y en sus voces, el abrigo,
que en mi pecho siempre sigo,
y en el alma lo declaro.
Azrail