El Corbán

TENGO SECA EL ALMA

En el valle sombrío de mi desdicha tal,

mi alma se encuentra, cual desierto mortal;

seca y marchita, sin agua ni caudal,

vaga en la penumbra, sin vida ni señal.

 

Busco en las estrellas, en el manto celestial,

un destello de esperanza, un consuelo inmortal;

pero el cielo es mudo, su brillo artificial,

y mi ser se desgarra en un duelo abismal.

 

Oh, triste destino, que mi alma ha secado,

llevo en mi pecho un pesar arraigado;

sin la lluvia del amor, en el tiempo olvidado,

vivo entre sombras, por el dolor castigado.