Rafael Elias Huerta

Por fin solos

Por fin solos,
no hay vicisitudes consternadas ni dolor
entre los barrotes del silencio y la esperanza,
no hay espejos que reflejen la humedad
que recorre los tejados de la casa, ni tan siquiera
un ápice de ilusión emancipada que llore
o se difume 
al ver partir la oscuridad tras el alba.
Estamos en un momento
donde hablar de lo prohibido no se vale,
donde decirle a la vida que se va
que no estamos preparados para dilemas
entre sábanas blancas,
entre una almohada que no duerme y un sillón
que aún se mece del deseo consumado,
del anhelo que lo hizo estremecer en sus cimientos.
Por fin solos tú y yo
sin preguntas vanas ni antifaces
que medien entre los dos y la penumbra,
solos como Dios nos mandó al mundo
sin recelos, sin rencores ni el dolor proscrito
que se graba en la piel 
cuando la ilusión se va por la ventana, 
cuando se vive la vida
sin contrapesos ni eufemismos que reprochen
Vivir el uno para el otro.
Con llanto de vida y luz de alboradas
pero, sobre todo, mirando a futuro con amor.

 


Autor...reh