La dama, caminaba por el solitario camino costero,
hacia la aldea de pescadores, que se llama Vitt.
La brisa de Septiembre la acariciaba, mientras
bajaba los escalones pavimentados, hacia el pueblo.
De repente aprensión sintió.
*
Bañada en una luz tenue de la mañana,
la aldea la saludaba en silencio,
ni siquiera presentes las siempre hambrientas gaviotas,
la bienvenida le dieron sus recuerdos;
haciendo que se escapara una lágrima nostálgica
de su cautiverio.
*
Ella se paró frente a la casa, el hogar de armonía,
que en aquel verano ella y él lo compartieron,
descubriendo aventuras íntimas de la juventud.
Y en aquella calle, en las tardes templadas,
sus risas de alegría resonaban hasta la hora azul.
*
Contempló la playa solitaria y su voto incumplido,
un voto de volver el próximo verano,
presenciado por golondrinas al despedirse,
llevándolo con ellos, más allá del horizonte,
para su custodio, los suspiros y los susurros
de los dos amantes.
*
Salió de la aldea sin mirar atras,
pero en su corazón nunca olvidaria
el verano aquel en Vitt.
David Arthur ©®
La foto de Vitt de la red