¡Federico no vuelvas, te espera la guadaña! (Romance)
Hechizaba las Américas
el poeta de la magia,
hasta el don se estremecía,
de su cautivante gracia,
vistiendo sus bellos versos
de seductoras palabras,
que hacen rimar sentimientos
y colorean nostalgias.
¡Ay! Bendito el granaíno
que nos florea las almas.
Y los gitanos le esperan,
y los gitanos le alaban,
él les devolvió la vida,
con sus risas y sus lágrimas,
sus bailes y taconazos,
sentido arte cuando cantan,
al revivir su flamenco,
de bulerías, tarantas,
alegrías, seguiriyas,
tientos, saetas, serranas,
peteneras, martinetes,
todavía más se ensalzan,
soleás y malagueñas,
con pasión las acompasan,
fandangos, tonás, cantiñas,
con el fervor de las palmas.
Le arrimó la mano amiga,
el grande Manuel de Falla.
El mago vate tenía,
chistera llena de cábalas,
por su condición sexual,
entre ceja y ceja andaba,
mas otras tirrias le esperan,
de otras familias ricachas.
En la esquina ensimismado,
darle caza a sus andanzas,
momento de pasar cuentas
a esas letras que no callan,
cuentan se condenó con
La Casa de Bernarda Alba.
Corrían aires muy tensos,
se cortan con la navaja,
más enemigos que amigos,
sacan brillo a la mordaza.
Hervor él por Argentina,
le grita dulce su hermana;
¡no cruces el charco hermano,
mejor no vuelvas a España!
Mas Federico no puede,
dejar de soñar Graná.
Llega tarde pero a tiempo,
como el bardo acostumbraba,
el destino en su maleta,
gallardo y la cabeza alta,
y con la camisa abierta,
para respirar su amada.
Empujó el tiempo al reloj,
con agujas afiladas,
se alinean los planetas,
toca airear la mortaja,
la guerra una mera excusa,
para vaciarle las balas,
las que ya le dieron dueño,
es al de la Vega llana,
el de la Huerta San Vicente,
a la orilla de Granada.
¡Federico! ¿Por qué has vuelto?
Y la muerte ya le abraza,
para hacerle siempre eterno
con la afilada guadaña.
José Ángel Castro Nogales
© Derechos de autor reservados
17/08/2024