Una exhalación sideral imagino
te trajo en tu errar a mi mundo
y cual asteroide en mi mente
plagada de fantasías orbitas
Tú, incandescente meteorito
cuya estela de pasión y lujuria
cruza la bóveda celeste y oscura
por algún magnetismo mío atraído
al impactar el cataclismo provoca
espirales, nebulosas y sonoras centellas
Las primeras luces del alba evidencian
el cráter abierto que a ambos alberga
tu mirada al horizonte clavada
parece todavía buscar la astronave
y yo nefelibata te hablo al oído
acerca de maravillosas galaxias
Es tanto lo que fascinas
por tu forma de ser diferente
el temple de tu firme apostura
tu percepción sensorial tan aguda
tu meditar inescrutable y ausente
como cavilando en otro lenguaje
que pareces venir de otro planeta
y me tranquilizan tan solo
las lágrimas furtivas si ruedan
que tu condición humana delatan