Admirable tu belleza,
Apreciable tu hermosura,
Combinación perfecta,
De gloria y dulzura…
Más escribir, resaltando tu belleza humana,
Esta por demás ya escrito.
Como si cada poeta de antaño de tu sonrisa,
Se hubiese enamorado,
Protegiendo entre sus manos, las tuyas,
Y al escuchar tus palabras
El universo hubiera comprendido.
Pero eres más, que esa vana
Y simple hermosura humana,
Pues tu sentimientos y valores,
Van más allá de la simplicidad del hombre,
Que por comprensión limitada
Admira solo lo que ve, sin intentar
El comprender siquiera
Que eres un gran y muy hermoso Ser.
Que me demostró el amor,
Que se le debe a la familia,
Y recordar me hizo,
Valores, creencias y promesas,
Que mi ser había sepultado.
En alguno de los ocres caminos
Que con amargura y soledad corrí.
Más si mis palabras,
Simples y vanas parecieran,
Quiero que sepas…
Que de mis errores hoy, ya no me arrepiento,
Pues aquellos senderos, vacíos, fríos y oscuros,
Me condujeron a esa hermosa vereda
En la que encontré dos grandes amigos.
El primero:
Ese hermoso niño,
Que entre sus brazos me regocijo,
Cuando más solo y confuso me sentí.
Y el segundo:
¡Tu!...
Que hasta el día de mi muerte,
Deseo que seas, mi gran manceba,
Pues me demostraste ser,
Una gran y muy hermosa…
¡Mujer Serena!
Carlos R. Barrera