jvnavarro

DIARIO DE VERANO L (TROPELES Y TROTES)

A nada suena la muerte 
cuando no está en su cenit  el alba,
cuando las plañideras no lloran, 
cuando en las casas están las ventanas abiertas
y el sol entra 
como si no pasara nada relevante.

Que cosas trae la vida,
campanillas que suenan descaradas
 para cuando pasan los carruajes
vestidos de negro, de luto,
de dura coraza, 
entre llantos que no cesan,
entre tropeles y  trotes 
 de quienes a la muerte arrastran.

El negro de lo que muerde el diente,
se rompe en la garganta
y salen escalofríos
cascadas de palabras gripadas,
lamentos y quejidos,
rotos silencios y fríos que matan.

Si no se llora y el corazón no late
la muerte es más grave,
sabe quien cae
 que lo suyo quedará enterrado
allí donde solo nace la raíz
que si llueve se hace fuerte
y si el secano impera por todas partes,
se convierte en comida para gusanos
y en abono para otras primaveras más fértiles.

Si fue y es  que lo fue  en Granada,
 fue un tremendo disparate,
un disparate en todas partes,
asesinar por asesinar 
mirando con detalle,
viendo como el cuerpo cae
y si no hubiera suficiente 
un tiro en la cabeza, 
en el occipital o en la frente.

Yo no se si lloran las flores.
En el patio de mi casa habían claveles
que se vestían de rojo
y mi madre dejaba a su aire
para que expiaran sus silencios,
y se hicieran polvo en la tierra
de la que surge la vida que nace.

Que silencios tan grandes
 en este 17 de agosto
en que sentado en el balcón de mi casa
y pegándome de lleno el aire,
me llaman para comer,
todos en la mesa hablan
 de la bondad del día,
de la claror de las aguas,
de subir esta tarde al monte,
mis nietos juegan, 
en la mesa se mata el hambre,
mientras yo recojo mis cosas,
estoy ausente,
y es que voy vagando
 entre claves y flores,
llevo encima un olor atrayente
 a margaritas silvestres,
me se pensamiento ardiente,
 que por salvar la vida 
de cualquier inocente,
se convertiría en aire
 llevando en su boca un mensaje:

La paz es posible,
solo depende de los hombres,
si se mata, se vuelve,
al principio de la historia,
al salvajismo sin cortinas,
al tiro que ahuyenta a los búhos
que presagian  la mala suerte.