Bajo una noche estrellada de luna llena
Probé tus cándidos labios mi dulce reina,
Libe la miel de esos pétalos nunca tocados
Y corrompí la inocencia de un ser sagrado.
Tensión y pasión corrían por tus venas
Y suavemente tocaba tu lozana piel;
De miedos y deseos te sentía llena
Y lentamente me volví tu amante fiel.
Con sutileza tu virginal cuerpo
Sobre mi cama logre desnudar
Y entre caricias, un pensamiento;
¿Yo me merezco este manjar?
Con furia inmensa entre en tus tierras
Y con ternura todo empezó;
Gemías, calmada y temblaba tu cuerpo
Con la belleza de un ruiseñor.
Cuerpos envueltos en fuego ardiente
Y al final el milagro en ti nació,
Caímos exhaustos de un gran deseo
Y entre caricias todo acabó.
Clímax idílico de un gran deseo,
Te hice el amor por primera vez;
Nina inocente sin experiencia,
Ya no eres niña, eres mi mujer.