Si quieres odiarme no me amenazes,
hazlo que ya estoy acostumbrado
a tú desprecio.
Solo sé que me amaste
con ansias locas y, me susurraste en mi
oído que me amabas con pasión.
Hoy dije que me quieres odiar y, me
pongo a reír por tus palabras.
En cambio yo te seguiré amando
y, estarás siempre en humilde corazón
hasta que deje de existir con amor.