Noche de entusiasmos irreprimibles…irresistibles,
de arrebatos incontenibles…
desbocados…inaguantables…
al extremo de convertirse en imprudentes.
Noche de miradas penetrantes…insinuantes,
y de caricias mansas…pero manifiestas…
transfiguradas en precipitadas y necias.
Con un estremecimiento nervioso…sudoroso…
que humedece la tersa desnudez…
de dos jadeantes cuerpos sitiados de placer.
Luz tenue…que esboza entre las sombras el fuego indomable de la pasión.
Suave brisa que agita la persiana…
enfriando la ardiente morada de incontinencia,
aquel escenario de vehemencia e incitación…
donde la delicia de un momento se exhibe…
sin límite ni contemplación,
desbordada…antojadiza…
con ganas de continuar…y no parar jamás.
Besos lujuriosos y prohibidos …
que se entregan sin control,
se desatan de delirio…por los escondrijos más extremos de la intimidad,
con una ansiedad que revela un sentimiento de gozo y felicidad.
Torbellino de suspiros…derroche de ímpetu,
un derrame de emociones,
una trastornada seducción…que acabó en total excitación.
Incontenible frenesí…en esta noche de blanco satín,
noche del más febril encuentro…
ebrios de deseo… y del más indisoluble sentir.
Noche de blanco satín…
del más febril encuentro…
ebrios de deseo… y del más inmutable amor.