En los gestos de mi hija, hallo mi consuelo,
Cada risa suya, eleva mi anhelo,
Sus ojos brillantes, cual luceros al cielo,
En sus suaves manos, encuentro mi anhelo.
Cuando sus manitas buscan mi abrazo,
Cada gesto suyo, es un tierno lazo,
Su sonrisa pura, cual canto de arpa,
En cada movimiento, mi amor se escapa.
Suspiros y risas, en dulces reflejos,
En cada mirada, mi corazón dejo,
En sus gestos tiernos, mi alma se anida,
Enamorado de ella, mi eterna vida.