No puedes pretender que la vida te sonría si cuando naciste ya te dio una paliza.
No puedes pretender que la vida te guiñe un ojo si desde los tiempos siempre te ha cerrado ambos sin posibilidad de lagrimear un poco.
No puedes pretender que te dé suerte si desde tu existencia te ha robado cada esperanza, cada deseo, cada anhelo, sin tregua ni pausa.
No puedes pretender que la vida te dé una mano si con el correr del tiempo ambas las ha guardado detrás de su espalda.
No puedes pretender que la vida te enseñe lo que sabe, si tu mente jamás quiso aceptar algunas de sus tantas realidades.
No puedes pretender que la vida sea generosa contigo si te pasabas rechazando oportunidades irrepetibles.
Lo que oías en el útero era parte ya de tu futuro; ya sabías lo que te tenía preparado el mundo.
Y no esperes nada de la vida más adelante porque más adelante solo te espera la muerte...