La mayoría de las personas, encuentran su voz extraña cuando se escuchan en una grabación, y algunas tampoco se gustan en las fotografías, por tener una visión diferente de sí misma. Es normal ya que nos oímos desde dentro, lo que modifica la percepción del sonido. La imagen que nos deuelve el espejo justamente, invierte nuestros rasgos físicos. Hay personas muy locuaces que no dejan de hablar por un instante, cosa que no suele agradar, pues es una situación quer produce cierta enervación en quien está en buena medida obligado a escuchar. Sartre tiene una célebre máxima que dice:\" El infierno son los otros\". Este tipo de experiencia se puede resumir así mismo en uan frase: observa lo que te molesta en los demás, porque probablemente habla de tí.