Andar por la vida
y sentirte observado,
en mis primeros pasos
una mina enterrada,
mis piernas que vuelan...
trituradas se quedan,
si veo algún charco
es terreno pantanoso
y me hundiré para siempre,
observo a mi derecha
en lo alto de un árbol,
alguien me vigila
con grandes prismáticos
y dos ojos gigantes,
observan mis movimientos
y a mi paso lo veo.
A mi izquierda se encuentra
una casa muy vieja
y allí en el tejado,
alguien me apunta
con una escopeta
esperando mis fallos
para darme entre cejas.
Levantar la mano
es más peligroso,
atentos mil ojos
para darme estacazos.
Si hablo muy fuerte,
oídos sensibles
te ajustan las cuentas
con fuego y metralla
en bocas que gritan
buscando derrotas.
¿Qué hacer o no hacer?
Si haga lo que haga
o diga lo que diga,
será mi perdición.