Lucero que ilumina la alborada,
estrella que refulge en noche oscura,
manantial que ha brotado en el desierto
poblándolo de oasis de frescura.
Ensueño que en mis sueños aparece,
relámpago que aclara mi penumbra,
melodía de arpegios celestiales
en cada acento que tu voz pronuncia;
vergel que reverdece mis otoños,
primavera que el alma me perfuma,
infinito universo que en tus ojos
ha explotado en galaxias de ternura.
Marejada que llega hasta mi playa
y entrega al estallar, besos de espuma.
Dulce brisa de tu aliento tibio,
sueño hecho realidad en tu hermosura,
rayo de sol de todas mis auroras,
en cada anochecer beso de luna.
Prueba viviente de que Dios existe
porque ha hecho a su imagen tu figura,
porque ha enviado a su ángel más perfecto
para elevar mi alma hasta su altura.
Sin tí, mi corazón que no sabía
de verdad, de belleza y de ventura,
hoy que puede latir con tu latido
con sólo contemplarte, se perfuma.