Libros papá, libros; no baratas cursilerías
de ayer que le suscitan total indiferencia.
Ella, un ser raro y anormal, trae de herencia
el odio a la rutina y el amor a las librerías.
Parece no tener sentimientos ni emociones.
No hay chocolate ni flores ni otro detalle,
tampoco canciones o carteles en la calle
para que se te rinda; así que no te ilusiones.
Quizá te parezca duro y cruel su modo de ser.
Pero no, ella cuando realmente se enamora,
se vuelve fiera y lunática para dar cada beso,
y sabe hacerte escapar de tu mundo rutunario
para perderte en el cielo de sus ojos grandes
y la maestría de sus caricias esquizofrénicas.
Para eso...no cometas el error de los mortales.
No flores, no chocolates, no osos, ni tarjetas.
De amantes baratos y aburridos ella está harta.
Alborota sus neuronas, no sus sentimientos.
Libros, compañero; un viaje y un vino exquisito.
Clásicas de Leo Dan, de Camilo, de Julio Iglesias,
de Roberto Carlos y de otros gigantes de ayer.
Y, mientras brindan mirándote fijo en sus ojos
dile que no estás de acuerdo con la Crítica
de la Razón Pura de Kant, que solo le aceptas
lo de las Ideas Claras y distintas a Descartes,
que sí tiene razón Heidegger y Kierkegaard
que te identificas con Mounier y Marcel.
Entonces, compañero, tú viendo al horizonte
sumiso en el asombro del mundo del saber,
sentirás unos labios muy cerca de los tuyos
diciéndote suave con absolutismo hegeliano
¡ámame en el mundo de Freud y Feuerbach!
Te lo digo yo, aprendiz, el mundo ha cambiado.
La época de los detallistas llegó a su fin.
Ellas ya no creen en caballeros de novelas.
Interesante, inteligente y algo misterioso, SÍ.