Ricardo D. Branj

Los asesinos

Los asesinos

 

Están allí, bajo las luces de la sombra, en lo más adentro de la niebla, como velados en las fotos, disimulados tras las plantas, escondidos siempre de espalda en los espejos, casi sobre su listo pie para saltar.

 

En el espacio que ocupa su inquina, con las órdenes y el trabuco, con el dedo transversal sobre los labios exigiendo el silencio, cerrando el puño sobre los pueblos.

 

Están ahí, secretos en los cajones de los cuarteles, entre las agendas de los generales, sobre los misiles, en las ojivas.

 

En los discursos de los presidentes, amigotes de la justicia cómodos en los expedientes, vestidos como de palabras preparando el hambre, figurando invasiones, desapareciendo gente.

 

En la historia disfrazados de héroes, con el pecho lleno de medallas, sueltos en las calles sin correa, deseando sus nombres esculpidos en bronce.

 

Están en la memoria señalados con el dedo, en ojos que los buscan, en la mira de un cercado juez honesto.

 

Están aquí casi en todas partes; ayá, entre nosotros.