Entra la luz en mi cuarto
a través de la ventana,
noto el calor en mis manos
y veo, mis pies atados
a esta cárcel que es mi cama.
Mi cuerpo, no me responde
quedó inmóvil en el tiempo,
un accidente de coche
del cual, ya no recuerdo
como ocurrió esa noche.
Es un castigo muy duro
el vivir con esta pena,
encerrado en estos muros
sin saber que pasa afuera,
y postrado, en la cama sufro
esta terrible condena.
La cabeza solo muevo
por mirar por la ventana,
mi vida se encuentra atada
porque mi cuerpo no siento
y de una enfermera dependo,
que me viste y que me lava.
Si me duermo, no me llames
déjame que sueñe mucho,
y aunque me grites, no escucho
pues no quiero despertarme,
y ver que estando así, sufro.
Desde ese día fatal
me maldigo cada día,
he dejado de rezar
no encuentro una salida,
para poder escapar.
Me lamento a todas horas
de que Dios, me abandonara
que la muerte no me quiso
y desperté, estando en coma
en la cama de este piso.
La luz del día se apaga
y otra vez, quiero dormir
mirando por la ventana
veo la luna salir
y sujeto a esta cama,
sueño... que era feliz.