La fecundación misma nos interceptó, circunstancialmente nos creó,
minúscula e indomable,
como una chispa.
Con el tiempo, viva la llama de suerte
y tal vez siempre avivó en sueños
tejidos neuronales.
Suspendidas ondas llevando
suculencias y grados de percepción
en los estados,
diseminando nuestros cuerpos
de la vida misma,
domando en lecciones
de troqueles crecientes celulares.
Nuestros moldes se cruzaron en un abisal experimento del caos,
estando en el cosmos viajando en la expansión del universo en una brutal llamarada láctea entre vecinas polvorientas lácteas de luz difusa salvaguarda.
Al besar tus labios me haces viajar entre las cuerdas, me haces sentir como nuestros cuerpos se atraen en todas las dimensiones
estallando sensaciones, así incluso ver...
Como nuestros cuerpos
Juntitos se pliegan.