Sebastian Mena

Cielo

Mirando a las nubes

en un cielo celeste

que dibujaba figuras

para que uno adivine.

 

Mira ahí...un caballo

y más allá...el África

yo no pude ver nada

solo veía tu cara.

 

Y desfilaban una tras otra

cómo si fueran comparsas

te tomaba la mano

en una tarde soñada.

 

El reloj se detiene

ni un pájaro canta

nada nos interrumpe

solos en la montaña.

 

En un beso fundimos

nuestros labios inquietos

testigo de nuestro amor

fue el arroyo sereno

 

Las nubes siguieron pasando

perdiéndose tras los cerros

ahora el cielo se viste

de un naranja intenso 

invitando al abrazo,

atardeciendo nos fuimos.