Francisco Javier G. Aguado 😉

Mi último a Federico...

Repican las campanas somnolientas
tañendo melodías de tristeza
llorando por la sierra de Granada
sufriendo por el Hombre y su nobleza.

La luz de su sonrisa me persigue
y el brillo de sus ojos me deslumbra
sus poemas retumban en mi mente
llorando su infortunio hombre sin tumba.

Poeta que me llama desde un sueño,
la luz de su sonrisa me ilumina
me atrapa entre sus halos de misterio
llenando de armonía el alma mía.

Poeta Federico, tu figura
alumbra mi pungido sentimiento
luz con luz, paz con paz un mar adentro
penetran con tus olas repentinas.

Reclaman de tus ojos la mirada
de tu boca reclaman la palabra
de tus manos añoran las caricias
de tus hechos resaltan la esperanza.

Junco doblado del arroyo inmenso
doblando tu cerviz con amargura
cayendo tu esqueleto por el suelo
desdibujada y trémula figura.

Mi querido y eterno Federico
en forma de poema o en prosa abierta
reclamo tu presencia aquí a mi lado
gozando tu infinita primavera.


                  II
¿Quién ofusca mi mente?
Quién miente
¿Qué me provoca la ira?
Mentira
¿Quién me toca los “bemoles”?
Los troles
Aún lo pinten de colores
quien engaña y quien miente
me hacen rechinar los dientes
porque mentir es de troles.